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#Maquinaria y Equipos Agrícolas
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Vigilancia: los primeros sensores de nitrógeno ALS2 de Yara en acción en Kilkenny
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Stephen Robb visitó Kilkenny del agricultor de Tramlines James O'Reilly, que recientemente recibió el primer sensor de nitrógeno ALS2 de Yara en Irlanda.
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Cuando nos pusimos al día con James O'Reilly en una mañana soleada a principios de abril, él estaba vistiendo su avena de invierno Husky. La cosecha había llegado durante el invierno en excelentes condiciones y el clima fresco a principios de la primavera ayudó a ralentizar el desarrollo. Esto fue bien acogido ya que sentía que la avena estaba un poco avanzada.
Estaba aplicando 260kg/ha de SulCAN, para terminar la última de las aplicaciones de nitrógeno en cultivos de GS32.
Nuevo sensor ALS2 N
Utiliza un Fendt 939 y un esparcidor 10t Rauch Axent 100.1 arrastrado. A principios de febrero, James recibió un nuevo sensor de nitrógeno Yara ALS2 (sensor de luz activa), el primero del país.
El sensor N de Yara es un sensor de nitrógeno de tasa variable en tiempo real que permite a los cultivadores medir las necesidades de nitrógeno de los cultivos a medida que el esparcidor de fertilizantes pasa por el campo y ajusta la dosis de aplicación de fertilizante en consecuencia.
Funciona detectando los niveles de luz reflejados en el cultivo y utilizando estos datos para generar mapas de índice de vegetación NDVI, que se utilizan para guiar las aplicaciones de N.
Las ventajas del nuevo ALS2 sobre los sensores anteriores es que son capaces de trabajar de noche y pueden trabajar cuando el cultivo está húmedo o tiene un rocío pesado.
"Para mostrar cómo funcionaba, fui a un campo a las 4 de la tarde y fui a varios puntos para ver qué nitrógeno (el sensor) estaba leyendo en el cultivo. Luego volví a las 2 de la mañana y fui exactamente a los mismos lugares y las lecturas eran las mismas", dice.
Al esparcir nitrógeno usando los sensores, primero pone una dosis mínima y máxima. El sensor varía entonces la dosis del esparcidor en función del nitrógeno presente en el cultivo y trabajando dentro de los parámetros preestablecidos.
La prueba será en el momento de la cosecha
La idea del sensor no es necesariamente ahorrar nitrógeno, explica James, sino aplicarlo donde se necesita y menos donde no se necesita.
Espera ver más cosechas incluso más cerca del momento de la cosecha y espera ver un aumento en el rendimiento.
En última instancia, la prueba de que el sensor vale la pena será cuando ponga la cosechadora en el campo. Para pagarse a sí mismo, James estima que tendría que ver un aumento del 0,5% en el rendimiento.
"Tenemos que intentar algo, y tenemos que ser vistos como un poco más conscientes del medio ambiente acerca de cómo estamos aplicando todos estos insumos", concluye James.